2º Comunicado de SOGAPS desde Rabat (Juicio Gdeim Izik)
Los observadores internacionales de SOGAPS en Rabat, Henrique Porto y Emilio, envían un segundo comunicado relatando lo vivido en el juicio a los presos políticos de Gdeim Izik en la sesión de ayer, martes 9 de Mayo.
En la mañana de ayer 9 de Mayo, el juicio continuó con una mañana totalmente trabada en intensos debates sobre el procedimiento: la parte social, letrados marroquíes pretendían con la fiscalía y el tribunal que los torturadores que elaboraron los informes y actas compadezcan como testigos o víctimas.la defensa de los presos no acepta y pasamos una mañana de debates casi hasta las dos de la tarde.
Cuando aparece el primer policía en la sala se produce como un amotinamiento de presos y familias llamando torturador y asesino al compareciente. El presidente no se atreve á retirar á los presos por más que amenace con hacerlo. Se nota que estamos en un proceso político. Pero quieren aparentar flexibles y justos. Lo anuncian a menudo.
Tras varias suspensiones deciden dejar al testigo para otra sesión a determinar. Continua el juicio a las trece cuarenta y pasan otros policías a declarar. Cuando la defensa pregunta es constantemente interrumpida por el fiscal los abogados marroquíes y la propia presidencia no dejando argumentar las preguntas.
Los testimonios se manifiestan ridículos y dan risa hasta el punto que el presidente amenazarles de expulsión a algunos observadores por la risa. Hay una identificación de agresión con el todo-terreno por atropello sobre Mohamed Bani que es ridícula, después de siete años dice el agente: «se parecía a el quién me atropelló, bueno creo que era muy parecido, bueno sí, sí es él…» daría hilaridad el testimonio sino fuera trágica la consecuencia.
A las cuatro se suspende una hora la sesión para almorzar y a las cuatro continua con otros testigos policías que pasan por víctimas con muchas opiniones contradictorias e inverosímiles. A las ocho se suspende el juicio para mañana.
Hemos asistido a otra nueva sesión de paripé de juicio digno de un reino bananero pero en una sociedad del siglo XXI. Recuerda una película de Monty Python, mismo el presidente se parece a unos de sus actores.
Al final una señora de las familias saharauis tiene un desfallecimiento y se traslada en camilla para ser atendida. Esperemos que se haya recuperado. Una vez más la entereza y el coraje de los presos puede hacer sentir orgulloso a su pueblo.
Entre los abogados/ as observadores una opinión unánime este juicio destroza cualquier asomo o intento de parecer un proceso de justicia.
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